El mundo de las ventas es muy competitivo. Los profesionales de este sector deben estar muy especializados y poseer unas cualidades específicas si quieren triunfar y ser los mejores en su campo.
Ya no es suficiente con conocer a la perfección el producto, hay que poseer ciertas habilidades que suponen un valor añadido para los expertos de las ventas y que les aseguran diferenciarse de otros profesionales.
Las competencias más preciadas en el mundo de las ventas
Atrás quedó la figura del vendedor agresivo cuyo objetivo estaba por encima del cliente; en la actualidad, el comercial debe tener un perfil ejecutivo y asesor, aliado del comprador en la satisfacción de sus necesidades. Atendiendo a esto, las cualidades más destacadas son las siguientes:
Habilidad negociadora: Saber negociar garantiza maximizar los resultados y conseguir los objetivos propuestos, gracias a la capacidad de ofrecer alternativas a los clientes para encontrar aquellas opciones que sean lo más ventajosas posible para las dos partes.
Capacidad de escucha: saber escuchar a quien se tiene enfrente es esencial para establecer cualquier relación duradera, no solo la comercial. Esta aptitud es una herramienta muy preciada en un vendedor, pues un cliente que se siente escuchado es más proclive a cerrar un acuerdo.
Autodisciplina y automotivación: La motivación y la disciplina son esenciales en todos los trabajos, pero en el sector de las ventas son imprescindibles, pues hay que mantener una actitud positiva y proactiva incluso en aquellos momentos en los que las negociaciones no llegan a buen término.
Empatía: Ponerse en el lugar del cliente es una capacidad muy útil para entender sus necesidades. Esta conexión, siempre basada en la sinceridad y en la honestidad, aumenta la confianza de los clientes en los vendedores y facilita los negocios a largo plazo.
Aptitud resolutiva: La habilidad para resolver contratiempos que puedan surgir en el trabajo es algo muy valorado en las empresas. Esta capacidad tiene mucho más valor, si cabe, en el mundo comercial, ya que el vendedor tendrá que tomar decisiones sobre la marcha en el transcurso de una negociación.
Comunicación eficiente: un buen comunicador tiene que ser capaz de exponer y hacer llegar lo que quiere expresar a su interlocutor para generar argumentos, entablar relaciones y resolver posibles objeciones.
Dominar la comunicación no verbal: Para ser un buen vendedor es esencial conocer las claves de este tipo de comunicación para saber si un cliente quiere seguir negociando o da por finalizada la reunión a través de los gestos de su cuerpo. Tener este conocimiento le permitirá reorientar la gestión o dejarla para más adelante.
Un buen comercial mantiene una excelente relación con sus clientes, ya sean potenciales o asentados, a quienes solo podrá fidelizar si posee las capacidades adecuadas para conseguirlo. Sin embargo, encontrar profesionales así no es tarea fácil.
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